España es un país de propietarios de viviendas: hoy en día, el 92% de los mayores de 65 años son propietarios de su hogar. Esta vivienda puede ser la solución para complementar la pensión con la venta de la nuda propiedad, pero manteniendo el usufructo de la misma. Es decir; los vendedores pueden seguir viviendo en ella de por vida.
Muchas de estas personas tienen un problema de liquidez: se podría decir que son ricos en ladrillos y pobres en ingresos. Según los datos del Mº de Inclusión y Seguridad Social, la pensión media de jubilación en España es de 1.254 euros al mes, una cantidad insuficiente para muchas personas mayores, que a veces se encuentran en dificultades para llegar a fin de mes.
Por otro lado, y según el último “Hablando en Plata”, el 20% de los mayores de 65 años se encuentra en riesgo de pobreza; según el mismo estudio, siete de cada diez jubilados dependen solo de su pensión y uno de cada cinco necesita la ayuda de sus hijos para cubrir sus necesidades básicas.
Complementar la pensión con la venta de la nuda propiedad y mejorar la calidad de vida
Sin embargo, la mayoría de estas personas podrían complementar sus ingresos haciendo uso de su patrimonio inmobiliario sin dejar de vivir en su propia casa. Hoy en día hay varias fórmulas para obtener liquidez con ese patrimonio: la venta de la nuda propiedad, la venta con alquiler garantizado o la hipoteca inversa.
Y cada vez hay más gente que recurre a estas fórmulas: los nueve primeros meses de 2024 se han duplicado las operaciones de nuda propiedad en España, según los datos de MAS VIDA. Sin embargo, es un mercado que tiene que crecer mucho en nuestro país: durante el año 2023 solo se hicieron 1.845 operaciones de este tipo en toda España, según el Colegio de Registradores.
Con la venta de la nuda propiedad se obtiene una media del 70% del valor del piso
¿Cuál es el perfil medio de quien realiza este tipo de operaciones en España? Según los datos de MAS VIDA, se trata de una persona de unos 75 años, que cuenta con una vivienda de un valor medio de mercado de unos 325.000 € y obtiene por ella unos 230.000 €.
Es decir, obtiene un 30% menos de su valor pero a cambio mantiene el usufructo de la vivienda y puede seguir viviendo en su hogar de por vida. El precio está en función de la edad del vendedor: a más edad, la cantidad obtenida por la venta está más cerca de su valor de mercado.
Las personas que realizan estas operaciones obtienen liquidez para saldar deudas; bien para las suyas propias o bien para ayudar a sus hijos con sus hipotecas, etc. También las formalizan para, simplemente, recibir una cantidad importante y poder disfrutar de su jubilación sin apreturas.
Al hacer la operación se puede recibir el importe total de la venta, bien recibir una cantidad y una renta vitalicia o bien obtener una renta vitalicia más elevada. Los gastos de formalización son gratuitos para el vendedor, que no paga desde ese momento el IBI ni las derramas de la casa. Y cuenta con todas las garantías legales: se firma ante notario y se inscribe en el Registro de la Propiedad.
La liquidez obtenida en estas operaciones no tributa a Hacienda
Un aspecto muy interesante de este tipo de operaciones es el tratamiento fiscal: los mayores de 65 años que venden su vivienda habitual en alguna de estas formas de hacer líquido sus activos inmobiliarios no tienen que tributar a Hacienda por el incremento patrimonial de la venta.
El tiempo medio de formalización de las operaciones es desde unas 5 semanas desde que se inician las gestiones (tasación de la vivienda, búsqueda de un inversor, supervisión de la documentación, etc.) hasta que se firma en el notario.
Así pues, durante los próximos años se van a seguir incrementando este tipo de operaciones. Complementar la pensión con la venta de la nuda propiedad es una fórmula muy buena para rentabilizar el patrimonio inmobiliario ahorrado durante los años de trabajo y disfrutarlo a la hora de la jubilación
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